Unidad demostrativa de producción de biogás en Los Pinos, Argentina
“La valorización de los residuos agropecuarios y agroindustriales podría contribuir a la diversificación de las economías rurales»
La localidad Los Pinos, Buenos Aires, un pueblo de apenas 300 habitantes puso en funcionamiento una Unidad Demostrativa para la producción de biogás. Esta iniciativa pionera para la producción de energía renovable es el resultado del esfuerzo y la colaboración conjunta de especialistas del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), el Conicet, el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), de la UNMDP (Universidad Nacional del Mar del Plata) y de los pobladores. Esta planta permitirá dar tratamiento a los residuos orgánicos derivados de la cría de animales para transformarlos en energía (gas y electricidad) y en biofertilizantes.
De acuerdo con Esteban Reino, intendente de Balcarce, este proyecto surge de la bioquímica Mercedes Echarte, investigadora del INTA Balcarce, quien les expuso sobre la producción de biogás. Este proyecto había sido presentado en un concurso internacional en Alemania, donde la investigadora salió premiada, obteniendo un subsidio del Instituto Wuppertal en el año 2016. La propuesta fue rápidamente acogida por Esteban, quien, junto con el secretario de Obras Públicas, pensaron que el sitio ideal para este proyecto era Los Pinos, localidad dedicada en parte en la producción de vacas, cerdos y pollos. De este modo, el proyecto fue aprobado por la Municipalidad de Balcarce en junio de 2017.
Para la comunidad Los Pinos la puesta en marcha del biodigestor comunitario es un recurso importante en la solución de la problemática ambiental que enfrentan, esto debido a la gran cantidad de desechos pecuarios que se acumulan sin encontrar un mejor destino, de manera que los habitantes tienen que convivir con los malos olores y moscas generadas. Por otro lado, sufren cortes frecuentes del suministro eléctrico y, en consecuencia, se dificulta el acceso al agua, ya que la forma de extraerla es a través de bombas eléctricas. Tampoco cuentan con red de gas natural y dependen del uso de garrafas o de leña para calefacción y cocción.
Una vez que se decidió en forma consensuada el lugar para el establecimiento del biodigestor comunitario, se inició con la sensibilización de los pobladores a través de talleres y cursos. Durante las primeras reuniones había un número reducido de asistentes, pero poco a poco el proyecto comenzó a despertar interés en la población, lo cual se logró con la facilitación de los investigadores del área de Ciencias Sociales de la UNMDP a quienes los técnicos del INTA pidieron ayuda, por su experiencia en el mejor las herramientas de transferencia. Finalmente, todas las actividades de sensibilización condujeron a la conformación de la Cooperativa de Producción, Servicios y Consumos de Los Pinos Ltda en el mes de septiembre de 2017. Entre las funciones de esta cooperativa está el suministro de biogás y/o electricidad producidos y la comercialización de los subproductos del proceso. La operación, el mantenimiento y la administración de la Unidad de biogás serán llevadas adelante por la propia comunidad en un modelo de trabajo asociativo.
El INTI se encargó del diseño y la construcción de la planta, junto con al ingeniero Jorge Wechsler, de la empresa Wemar. La obra consistió en la construcción de un biodigestor tipo “tanque agitado” de concreto de 100 m3 que será alimentado principalmente con los residuos de una granja avícola y un criadero de cerdos ubicados a menos de 800 metros de la instalación. La materia orgánica es sometida a digestión anaerobia que produce biogás, el cual puede ser utilizados para remplazar otras fuentes de energía en el ambiente doméstico. El biodigestor posee unos 6 metros de diámetro y una altura de 3.60 metros y puede generar hasta 25 kwh de potencia o entre 50 y 60 m3 de biogás.
De acuerdo con intendente Esteban Reino aún no está determinada la capacidad de producción de energía de la planta, pero se prevé que las prioridades de uso son la alimentación de un pozo de agua y el suministro de energía a la escuela. En tanto, el subproducto referente a la fracción líquida se transformará en un fertilizante, que será comercializada para generar recursos a la comunidad.
Para María Mercedes Echarte, investigadora del INTA Balcarce, “la valorización de los residuos agropecuarios y agroindustriales podría promover en el mediano plazo el desarrollo de las economías rurales y contribuir a la diversificación de la producción, aportando soluciones a los problemas ambientales generados”.
“Además de permitir transformar los residuos en energía y biofertilizantes, esta tecnología tiene la potencialidad de crear puestos de trabajo en el ámbito rural y encontrar nuevas formas de producción que generen ingresos de forma sustentable”, dijo.
Fuentes consultadas
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