Food for the future
“Inspirados por la naturaleza, criamos insectos para transformar residuos orgánicos en alimento sustentable y de alto nivel nutricional para animales”
Food for the Future (F4F) es un emprendimiento chileno que valoriza los residuos orgánicos, transformándolos en un producto sustentable: harina de las larvas de la mosca soldado negro (Hermetia illucens).
Desde 2014 la empresa Food for the Future aprovecha el potencial de la mosca soldado negro para producir una harina sustentable. Cristián Emhart, Ingeniero civil de profesión siempre ha tenido un interés genuino por el tema de sustentabilidad. Luego de terminar un master en Facilities Management en la Universidad de Sydney, Australia, se incorporó a la Fundación Chile como director del Centro de Producción y Consumo Sustentable, donde colaboró en la medición de huella ambiental de diversos productos. Durante su colaboración en este centro, Cristián se dio cuenta sobre el impacto significativo de la producción animal en el medio ambiente y, dentro de ella, el impacto de la alimentación animal. Estos elementos motivaron a que, en 2014, Cristián junto a Alejandro Tocigl y otros socios fundadores-Andrés Pesce, Francisco Serra y Gonzalo Urquieta- formaran Food For the Future.
Este equipo de socios comenzó el emprendimiento con la idea de encontrar una forma de producir una fuente alternativa de alimentos para el consumo de animales, especialmente peces, mascotas y aves. Alejandro, ingeniero comercial, luego de estudiar en la Singularity University, en San Francisco, comentó a Cristián sobre el potencial de la mosca soldado negro (presente en Chile) frente a la generación de proteínas convencionales, como la harina de pescado y de la soya.
“Un kilo de huevos de larva de mosca Soldado Negro come 20 toneladas de residuos orgánicos en 10 días y se convierten en 5.000 kilos de harina de insecto”
Su inversión inicial para el desarrollo de este proyecto era de tan solo 15 millones. Luego, en 2015 accedieron a 15 millones más, proporcionados por Andrés Pesce, quien estuvo presente desde la fase inicial.
La primera actividad que hicieron fue capturar y reproducir la mosca soldado negro. Para ello simularon las condiciones humedad, temperatura y luminosidad que este insecto requiere para su reproducción. Una vez que el equipo de socios contó con larvas suficientes, dejaron entre 5 y 10% de larvas como reproductoras, y el resto, lo transformarían en harina. Dado que en un inicio no tenían acceso a gran cantidad de residuos, y solo buscaban materia orgánica cada vez que necesitaban, comenzaron a congelar a las larvas para no perderlas. Cuando tuvieron suficientes kilos de larva congelados vieron como una necesidad adquirir un horno profesional.
Sus primeras pruebas para la generación de harina las hicieron en un horno de cocina en un pequeño laboratorio en Puerto Varas. En una bandeja colocaron las larvas adultas y luego, una vez secas, las molían en una juguera o molinillo de café.
En 2016, Food for the Future abrió una planta en Puerto Montt. Esto significó aumentar el número de hornos y molinos profesionales. Aunque el acceso a los residuos orgánicos fue mayor, se vieron en la necesidad de convertirse en gestores de residuos, inicialmente los recolectaban en los mercados. Luego generaron un permiso de la Seremi no sólo para transportar, sino también para recibir residuos. Cuatro años después, inauguraron la planta en Talca, esto con la finalidad de estar más cerca de las industrias que generan residuos.
Con base en Puerto Montt, Food for the Future fue reconocida con el premio Avonni 2018, como uno de los proyectos mas innovadores del año. Además, en 2019 fue finalista en Latinoamérica Verde, galardón que busca premiar a los proyectos de mayor impacto ambiental y social de la región.
Su mercado inicial estuvo enfocado en la salmonicultura, actividad con alta dependencia de recursos marinos para la alimentación de los salmones, como es el uso de anchoas y sardinas para la fabricación de harina de pescado. Este mercado es muy importante para ellos, pues a diferencia de la producción de soya y harina de pescado, los alimentos provenientes de insectos no utilizan grandes cantidades de agua a su producción y la huella de carbono del proceso es baja.
Ahora, su mercado está diversificado, pues no solo elaboran harina para el salmón, sino también para otros animales como perros, cerdos, gallinas y mascotas exóticas. Además, como subproducto del proceso, las larvas transforman los residuos orgánicos en fertilizante orgánico, el cual también comercializan para el cultivo de plantas y hortalizas. En 2022 inauguraron instalaciones de producción de huevos circulares, donde las gallinas son alimentadas con larvas de mosca soldado negro vivas, remplazando a fuente de proteína convencional como soya y otros cereales.
Fuentes consultadas
- Anon. 2020. “F4F- FOOD FOR THE FUTURE.” Cámara de Comercio de Santiago. Retrieved September 17, 2022 (https://www.ccs.cl/proyectos-innovacion/food-for-the-future/).
- Anon. n.d. “Señores de Moscos.” Premio Nacional de Innovación. Retrieved September 17, 2022 (https://avonni.cl/noticias/senores-de-moscas/).
- Bauer S., Camila. 2018. “Líderes de La Alimentación Sustentable En Chile.” Tell Magazine. Retrieved (http://old.tell.cl/magazine/24450/rancagua/septiembre/2018/entrevistas/lideres-de-la-alimentacion-sustentable-en-chile.html).
- Delgado, Oscar. 2018. “Departamento de Industria y Negocios de La UDA Realizó Webinar ‘Ingeniería, Sustentabilidad y Economía Circular.’” Universidad de Atacama. Retrieved September 17, 2022 (https://uda.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=5473:departamento-de-industria-y-negocios-de-la-uda-realizo-webinar-ingenieria-sustentabilidad-y-economia-circular&catid=15&Itemid=159).
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